Tratamiento médico de la disfunción eréctil
Los medicamentos orales son uno de los principales métodos de tratamiento de la disfunción eréctil.
Entre los más frecuentes se encuentran los inhibidores de la fosfodiesterasa-5.
Los principales representantes de esta categoría son el sildenafilo (conocido comúnmente por su nombre comercial, Viagra), el tadalafilo (disponible como Adcirca o Cialis) y el vardenafilo (vendido bajo la marca Levitra). Además, otros tratamientos médicos complementarios orales con eficacia potencial en el tratamiento de la disfunción eréctil son la yohimbina, la l-arginina y el ginseng.
La actividad física es un factor importante en el tratamiento y, posiblemente, en la prevención de la disfunción eréctil. Incorporar el ejercicio a la rutina diaria puede tener múltiples beneficios, especialmente para quienes padecen disfunción eréctil. Practicar ejercicio con regularidad ayuda a abordar las afecciones subyacentes que pueden contribuir a la disfunción eréctil. Por ejemplo, el ejercicio puede ayudar a reducir el estrés, contribuir a la pérdida de peso y mejorar el flujo sanguíneo, todos ellos factores cruciales que influyen en la salud eréctil.
El abuso de alcohol y drogas puede exacerbar directa o indirectamente los síntomas de la disfunción eréctil. El consumo excesivo de alcohol o de ciertas drogas ilegales puede tener un efecto inmediato en la función eréctil o provocar problemas de salud a largo plazo que contribuyan a la disfunción eréctil. Por lo tanto, recibir un tratamiento adecuado para los problemas de abuso de sustancias puede tener un efecto dominó positivo en la mejora de los síntomas de la disfunción eréctil.
Aunque los factores físicos suelen asociarse a la disfunción eréctil, no pueden pasarse por alto los factores psicológicos y emocionales. El estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos psicológicos pueden afectar significativamente a la función eréctil. El asesoramiento puede ser beneficioso en estos casos. Un consejero o terapeuta cualificado puede enseñar técnicas para reducir la ansiedad o el estrés, especialmente cuando están relacionados con el rendimiento sexual. En muchos casos, la participación de la pareja en las sesiones de asesoramiento también puede ser decisiva, ya que le ayuda a comprender y apoyar mejor a la persona afectada.
Algunos medicamentos, aunque son beneficiosos para otras afecciones, pueden tener efectos secundarios que induzcan o agraven la disfunción eréctil. Si una persona sospecha que su disfunción eréctil puede ser consecuencia de la medicación, es fundamental que consulte a un profesional sanitario. El médico podría considerar la posibilidad de ajustar la medicación u ofrecer alternativas que tengan un impacto menor o nulo en la función eréctil.
Para quienes no encuentran eficaces los medicamentos orales, las inyecciones y los supositorios ofrecen soluciones alternativas. Los medicamentos pueden inyectarse directamente en el pene, lo que garantiza resultados más directos y a menudo más potentes. También existe la opción de la medicación intrauretral, en la que se introduce en la uretra un pequeño gránulo que contiene el medicamento. Otro método, la inyección intracavernosa en el pene, se ha señalado como la terapia médica más eficaz para la disfunción eréctil.
Los dispositivos de vacío son herramientas no invasivas que pueden ayudar a conseguir una erección. Estos dispositivos crean un vacío alrededor del pene, atrayendo sangre hacia él. Una vez alcanzada la erección, se coloca un anillo de constricción en la base del pene para mantener la erección. Ofrece una solución mecánica y puede ser especialmente útil para quienes no quieran o no puedan utilizar medicamentos.
Cuando otros tratamientos no dan los resultados deseados, puede considerarse la posibilidad de realizar intervenciones quirúrgicas. Las prótesis de pene implantadas quirúrgicamente pueden ayudar a conseguir una erección. El procedimiento consiste en implantar un dispositivo que permite al pene alcanzar la erección. En algunos casos, también puede considerarse la reconstrucción de las arterias para mejorar el flujo sanguíneo al pene.
A la luz de estos tratamientos, es evidente que el tratamiento de la disfunción eréctil requiere un enfoque integral. Ya sea a través de medicamentos, cambios en el estilo de vida o intervenciones quirúrgicas, las personas tienen una serie de opciones para ayudarles a recuperar su salud y confianza sexual.